¿Qué cereales son los mejores para mi bebé?
Para que un bebé sea capaz de digerir cualquier alimento distinto de la leche es necesario que su organismo tenga la maduración precisa a todos los niveles (neurológico, renal, inmune y gastrointestinal) por eso, tanto la OMS como la AEP recomiendan el inicio de la alimentación complementaria en torno a los 6 meses de vida (inclusive los cereales).
Los bebés no son capaces de digerir el gluten hasta esta edad, por lo que entonces se suelen recomendar los cereales sin gluten. ¡ERROR!
En primer lugar, son completamente innecesarios porque ¿qué sentido tiene ofrecer al bebé algo que su cuerpo todavía no está preparado para procesar?
En segundo lugar, ni siquiera son recomendables porque estos preparados comerciales son altos en azúcares (sí, aunque especifiquen que “no llevan azúcar añadido”), ya que son sometidos a un proceso de hidrolización o dextrinización para convertirlos en un alimento de más fácil digestión para el bebé, en el que se liberan azúcares libres, por lo que, independientemente de lo que pongan en el paquete, esos cereales sí llevan (mucho) azúcar.
A partir de los 6 meses la mayoría de los bebés, además de haber perdido el reflejo de extrusión, ya pueden digerir sin ningún problema el gluten presente en los cereales naturales, sin necesidad de ningún tipo de proceso o transformación, por lo que ahora sí es el momento idóneo para comenzar a incorporarlos en la dieta del bebé.
Y ¿cómo se los doy?
Lo mejor es ofrecer siempre cereales naturales con cuchara (papillas, porridges, etc. elaborados con avena, maíz, trigo..) o enteros (tipo pan, pasta, arroz..)
NUNCA en biberón porque:
– Aumentan el riesgo de caries (al igual que los zumos)
– Producen sensación de saciedad, con el consiguiente riesgo de desplazar el consumo de otros alimentos más esenciales (como la leche, sin ir más lejos).
– Al ofrecerlo en formato líquido es mucho más probable que coma más de lo que realmente necesita
– Como cualquier otro alimento azucarado pueden crear adicción además de alterar la percepción natural de los alimentos.
– Acostumbrar a una edad temprana al bebé en el consumo de azúcares libres se asocia con un mayor riesgo de obesidad y diabetes en el futuro.
No obstante, recuerda que el papel de la alimentación complementaria es precisamente el de complementar a la leche, que es el alimento principal hasta los 12 meses de vida.
Estas son recomendaciones son globales. Por supuesto, existen casos particulares en los que puede ser necesario o recomendable introducir alimentos distintos de la leche antes de los 6 meses, pero siempre debe ser por orden y supervisión del pediatra.